Las organizaciones y las nuevas tecnologías
Las organizaciones entendidas como sistemas abiertos interactúan con su entorno de diversa manera, ya que este lo integran otras entidades de similar tenor, además de grupos humanos e individuos que generan entradas y salidas en la geometría del espacio local, regional, nacional o internacional que dibujan líneas de acciones y retroacciones; para ello suelen recurrir a las tecnologías necesarias para potenciar el logro de sus objetivos estratégicos según las metas y políticas diseñadas para tales fines. Por lo que resulta interesante reflexionar sobre el valor que agrega a los quehaceres de la empresa e instituciones la tecnología, que en general constituye un producto de las ciencias aplicadas y a las que se deben adaptar una y otra organización para ser estructuras de producción y/o de servicios exitosas, según la rama de producción o naturaleza del servicio, que es de lo que se tratará más adelante en este escrito.
En la actualidad resulta arduo imaginar una organización empresarial o de servicios, como no sea en un ambiente muy bronco de comunidades apartadas del proceso civilizatorio en cuyo esquema de realización de actividades no figure algún tipo de tecnología y que dada tal circunstancia en la modernidad en virtud de la demanda de sobrevivencia, tiene la necesidad de realizar una cierta reconversión a las nuevas aplicaciones tecnológicas que potenciarán su accionar; de lo contrario estaría condenada a ser una especie de artefacto inútil a las demandas actuales de calidad en sus productos y servicios, eficacia, eficiencia y efectividad. Así, aunque se diga que cocinar con leña cierta sopa u otros menjurjes comestibles en una casa de campo u otros ambientes naturales vale más que éstos sean una excepción y no la regla, ya que la tecnología alivia mucho el esfuerzo físico para desarrollar las actividades.
Por otra parte, verdad también es que la historia social empresarial, institucional o de los procesos económicos en un marco sociocultural dado y en un tiempo y espacio determinado cronológicamente puede ofrecer, como de hecho es así, ciertas evidencias ya más propias o cercanas al patrimonio cultural edificado, que los estilos arquitectónicos, adminículos y estilos de vida retro eventualmente pueden ser muy atractivos con fines turísticos. Al respecto el Museo del Ron Habana Club, en La Habana, Cuba, representa un ejemplo de esta referencia (www.hicuba.com/articulo/ museo-ron.php).
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